Por Madhavendra Puri Dasa
Jueves 31, Enero 2009.
Me desperté. Era el último día del año, así que no había otros medios para celebrar, al menos sentimentalmente. Prahladananda Swami dio una clase brillante. Era tan ingenioso e impactante que, al final, todo el mundo se quedó sin habla. La dulzura sólo continuó cuando, después de clase, Mahavana me dio unas bolas de coco, miel (uno de mis favoritos)....
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